Hotel con mucho encanto
Situado en el casco antiguo, en una zona tranquila, frente a un pequeño parque.Hay muchos buenos restaurantes a poca distancia.Pequeño vestíbulo, biblioteca, terraza en la azotea con jacuzzi.
Las habitaciones son encantadoras, yo me alojé en Don Carlos, que tenía una gran terraza con vista a la ciudad, la habitación es relativamente grande, con lindos muebles.
El desayuno es muy bueno.
El personal es extremadamente amable y servicial, hacen todo lo posible para satisfacer sus deseos.
Sí, es un lugar sencillo pero con mucho encanto, con un personal súper amable, lo recomiendo encarecidamente.